Centrada en Cristo
La espiritualidad franciscana es una espiritualidad de encarnación, terrenal; Dios está cerca de la Creación, no lejos, «allá arriba». Como San Buenaventura dijo, Dios se inclina hacia nosotros, para levantarnos. La espiritualidad franciscana venera la Eucaristía como la humildad de Dios hacia nosotros.
Fiel al Evangelio y a la Iglesia
La espiritualidad franciscana incluye como elemento integrante la obediencia y fidelidad a la Iglesia y el Magisterio. La espiritualidad franciscana tiene una posición de compromiso hacia el mundo, fomentando el diálogo junto con una sana crítica y profética de la cultura secular moderna y sus valores.
Enraizada en la Oración, la Contemplación y el Servicio
La espiritualidad franciscana depende de la síntesis de la acción y la contemplación; la oración lleva al trabajo y el ministerio, y el trabajo y el ministerio nos traen de vuelta a la oración. La contemplación es el impulso para la misión. La espiritualidad franciscana entiende la autoridad y la obediencia en términos de servicio mutuo, no de sumisión o dominación. La espiritualidad franciscana abraza y apoya el crecimiento y desarrollo las artes y las ciencias en el diálogo con la Revelación y la Fe.
Comprometida con la Defensa de la Dignidad de Toda la Creación
La espiritualidad franciscana tiene un profundo respeto por la persona humana, porque está hecha a imagen y semejanza de Dios y valora y estima la creación como Hermano y Hermana, reflexiones de la bondad y la gloria de Dios. La espiritualidad franciscana entiende que la creación y el mundo, a pesar del impacto del pecado, siguen siendo fundamentalmente buenas como regalos de Dios. En su testimonio de fraternidad tiene un aprecio y un respeto por la persona individual dentro de la comunidad mundial. La espiritualidad franciscana reconoce la necesidad del trabajo humano y se esfuerza por mantener el valor del trabajo humano y la dignidad de los trabajadores; insiste en un compromiso con la justicia social mediante la búsqueda de la solidaridad con los pobres y marginados, los sin poder y los sin voz como imágenes de Cristo Crucificado. La espiritualidad franciscana busca dar una expresión concreta a y un compromiso con el proceso de paz global y local mediante la búsqueda y el inicio del proceso de reconciliación.
Fuente: Mount Saint Francis Center for Spirituality, Mt. St. Francis, Indiana.